El fuego purificador
Plaza de la Cruz Verde. Madrid, 2018 ©ReviveMadrid
La cruz verde, icono de la inquisición
Pasear por el Madrid de los Austrias a través de los ojos de la Historia nos permite entender cómo el paso del tiempo transforma un espacio. La recoleta Plaza de la Cruz Verde, hoy coqueta y silenciosa, guarda en su memoria dolor y sufrimiento, por haber sido uno de los lugares donde la Santa Inquisición celebró sus ejecuciones y autos de fe.
El nombre de la plaza alude al emblema de la Inquisición, una cruz pintada de verde, que encabezaba las procesiones celebradas en las vísperas de un auto o autillo de fe y simbolizaba la esperanza de salvación eterna para los herejes reconciliados con la Iglesia Católica. Esta cruz era portada por miembros de la Inquisición hasta el lugar donde se debería celebrar el auto al día siguiente. Durante esa noche se rezaban oraciones, se completaban los preparativos y se preparaba la pira, mientras la milicia inquisitorial quedaba de guardia. Al finalizar el auto o autillo, una procesión devolvía la cruz verde a su santuario.
La finalidad de este montaje era impresionar al público, provocando terror en los reos y en la población. Las reducidas dimensiones de esta plaza hacen probable que en ella se celebraran autillos, que se diferenciaban de los autos en que en ellos se ajusticiaba a un solo reo.
Según el cronista Mesonero Romanos, esta cruz sirvió en el último auto general de fe de la Santa Inquisición y fue el último lugar donde estuvo instalada, hasta la desaparición de este tribunal eclesiástico en 1834.
La cruz se alojaba junto al muro del desaparecido convento del Santísimo Sacramento, donde permaneció hasta desaparecer con el paso del tiempo. En 1850 la cruz fue sustituida por la hermosa fuente de Diana Cazadora que contemplamos actualmente.
Hoy en día podemos disfrutar de este precioso espacio junto al barrio de La Latina, relajarnos en sus bancos y terrazas y escuchar a los niños jugar al salir de los colegios cercanos… y es que a veces el paso del tiempo y de las generaciones ayuda a aliviar y a maquillar la cruel marca de la Historia.
Emblema de la Santa Inquisición
“Sostenga con suma firmeza y no tenga la menor duda de que todo hereje o cismático ha de tener parte con el Diablo y sus ángeles en las llamas del fuego eterno, a no ser que antes del fin de su vida sea incorporado en la Iglesia Católica y sea restaurado a ella”
